En la ciudad de Cusco, se respira historia por donde quiera que se camine, al pasar por sus calles y plazas, los templos e innumerables sitios arqueológicos. Además de todo, en los últimos tiempos se ha tomado importancia al acueducto colonial de Sapantiana; que por años ha estado descuidada y oculto. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, puede ser visitado durante un paseo corto, por los antiguos barrios de San Cristóbal y San Blas.
Es una arquitectura hidráulico colonial levantada sobre el rio p’ujru, cuya construcción fue impulsada por la orden Jesuita y el cabildo de Cusco, entre los siglos XVII Y XVIII. Se trata de un muro colonial construido en arcos de cuatro niveles, y muy probablemente con elementos líticos de la huaca Sapantiana situado solo a unos metros. Antes del 1950, aún transcurría agua por el canal que hay encima; el agua era para el consumo de la urbe virreinal. Hoy no es más que un vestigio de los años muy pasados que sobrevive y se resiste al tiempo.
Tomando como referencia la plaza de principal de la ciudad de Cusco, hay que entrar por la calle del triunfo, pasando por un costado de la catedral de Cusco. Luego de unos minutos se pasa la calle Hatun Rumiyuq, donde también se encuentra la piedra de los 12 ángulos. Más adelante está la calle Choquechaca, por el cual hay que caminar hasta el final. Al subir por las gradas hay un aviso y riachuelo canalizado. Exactamente, hay que seguir el curso del riachuelo, porque es el mismo que pasa por debajo de los arcos que sostiene al acueducto colonial.
Este vestigio virreinal está en la quebrada de Sapantiana, a las faldas del cerro Saqsayhuaman, en el barrio de San Cristóbal, distrito del Cusco.
Actualmente al 2023 el ingreso al Acueducto de Sapantiana es libre.