El Parque Arqueológico de Pisac, ubicado en el corazón del Valle Sagrado de los Incas en Perú, es un tesoro histórico y cultural que transporta a los visitantes a la grandeza del antiguo Imperio Inca. Este impresionante complejo arqueológico es una muestra vívida del ingenio y la sabiduría de esta civilización precolombina.
Pisac tenía una importancia estratégica tanto desde el punto de vista militar como religioso y económico. Sus terrazas agrícolas permitían el cultivo de diversos productos, asegurando el abastecimiento de alimentos para sus habitantes y para abastecer a otras ciudades del imperio. Además, sus templos y plazas eran utilizados para ceremonias religiosas y festividades, y también funcionaban como centros administrativos y de comercio.
Durante la época del imperio incaico, Pisac fue una ciudad próspera y estratégica, que formaba parte de la red de ciudades y caminos incas que se extendían a lo largo del Valle Sagrado. Después de la llegada de los españoles en el siglo XVI, la ciudad fue abandonada y quedó en ruinas, pero sus impresionantes estructuras y paisajes continúan atrayendo a turistas y arqueólogos de todo el mundo, quienes buscan explorar y admirar la grandeza de la cultura incaica en este sitio histórico.
Una de las características más notables del parque son sus terrazas agrícolas. Estos impresionantes escalones de piedra se extienden por las laderas de la montaña, demostrando la habilidad agrícola de los incas para cultivar en terrenos abruptos y aprovechar al máximo los recursos naturales.
El parque alberga una serie de estructuras impresionantes, incluyendo templos, plazas, acueductos y tumbas, que revelan la compleja organización social, religiosa y política de los incas. La precisión y la perfección de la arquitectura incaica son evidentes en cada piedra tallada a mano.
Grupo de muros de gran dimensión que funcionaban como ingreso al recinto desde la parte oriental de Pisac. Hay cinco puertas o ingresos, siendo el más notable el llamado 'Amaru Punku', palabra quechua que significa 'Puerta de la serpiente'.
Dos corredores o túneles dentro de una de las montañas de Pisac, probablemente utilizados para realizar rituales religiosos. El primero tiene una extensión de 16 metros, mientras que el segundo es de 3 metros.
Las bases de varios puentes colgantes hechos de paja brava se encuentran en el lado occidental del recinto. Estos puentes eran ampliamente utilizados en todo el imperio inca.
Una estructura de piedra pulida en varios niveles que servía como reloj solar para predecir las estaciones y periodos de siembra y cosecha. También se utilizaba para llevar a cabo sacrificios de animales en honor al dios sol. Estructuras similares se encontraban en otros templos incas como Machu Picchu y Ollantaytambo.
Edificaciones circulares donde se almacenaban diversos alimentos, como papas, ocas, quinua, maíz, carne disecada (charqui) y otros productos. Se distribuyen en hileras de seis depósitos de dimensiones similares y se encontraban en diferentes partes del vasto imperio inca, especialmente a lo largo de las rutas del Camino Inca (qhapac ñan).
Un conjunto de cavidades o pequeñas cavernas ubicadas en otra parte de la montaña de Pisac, que formaban parte de un antiguo cementerio inca donde se han identificado hasta diez mil tumbas. Lamentablemente, durante la época de la conquista española, los saqueadores robaron las pertenencias de estas tumbas, ya que los incas solían enterrar a sus muertos junto con sus objetos personales.
Se ubican en la parte alta de la montaña y tenían una doble función: proteger el recinto de posibles invasiones y servir como infraestructura para el suministro de agua. Debido a la gran cantidad de estas construcciones, Pisac también era conocida como la 'Ciudad de las Torres'.
Una formación rocosa que tiene una semejanza con la figura de una mujer cargando alforjas en su espalda, como era costumbre entre las mujeres del incanato. La tradición oral atribuye esta estructura a la leyenda de la princesa inca Inquill, quien habría sido convertida en piedra como castigo de los dioses por no obedecer a su padre.
En el barrio de Tiyanacuy en Pisac se encuentra un trono labrado finamente en una roca, destinado al inca Pachacutec y su esposa, la coya. Según algunas investigaciones, esta ciudadela habría sido utilizada como lugar de descanso del emperador Pachacutec y su familia.
Conjunto de edificaciones hechas con roca de la zona de forma rústica. Estos recintos de baja calidad habrían sido destinados para la clase plebeya que habitaba en la ciudad.
En el barrio de Pisaq'a existen más de 20 recintos de piedra labrada de buena calidad. También se destaca un mirador desde donde se puede apreciar el Valle Sagrado de los Incas y, en la actualidad, el pueblo de Pisac.
El Parque Arqueológico de Pisac se encuentra en el distrito de Pisac, en la provincia de Calca, en la región de Cusco, Perú. Está ubicado en el Valle Sagrado de los Incas, aproximadamente a 33 kilómetros al noreste de la ciudad de Cusco.
El parque se extiende en las laderas de la montaña que rodean el pueblo de Pisac y ofrece vistas panorámicas del valle y del río Urubamba. El sitio arqueológico yace a una altitud de aproximadamente 3,400 metros sobre el nivel del mar.
Desde Cusco llegar a Pisac es sencillo y hay múltiples opciones. El viaje desde el centro de la ciudad de Cusco al poblado de Pisac dura aproximadamente una hora, ya que hay partes del camino que pasan por terrenos montañosos y es necesario ir con cautela.
Las formas de llegar a Pisac desde Cusco son: